Cuando hablamos de mejorar el confort acústico de un espacio, es fundamental entender cómo se comporta el sonido en su interior. Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es la reverberación, es decir, la persistencia del sonido una vez que la fuente de este ha cesado. Aquí es donde entran en juego los materiales absorbentes acústicos, claves para lograr un acondicionamiento adecuado tanto en viviendas como en locales comerciales, oficinas o espacios industriales.
En este artículo vamos a explicarte, de forma clara y directa, los conceptos básicos del comportamiento del sonido en interiores y cómo los materiales absorbentes pueden ayudarte a controlarlo
Conceptos clave sobre acústica interior
Antes de entrar en materia, es importante tener claro qué ocurre cuando el sonido se propaga dentro de un espacio cerrado:
- Reverberación: fenómeno de reflexión del sonido contra paredes, suelo y techo. Hace que el sonido “rebote” y permanezca más tiempo del deseado.
- Campo reverberante: zona del recinto donde predomina el sonido reflejado.
- Tiempo de reverberación: tiempo que tarda el sonido en disminuir 60 dB desde que cesa la fuente sonora. Es un parámetro clave en acondicionamiento acústico.
- Eco: ocurre cuando la onda sonora se refleja y regresa con suficiente retardo como para percibirse como un sonido distinto.
- Coeficiente de absorción acústica (α): mide la capacidad de un material para absorber sonido. Su valor oscila entre 0 (sin absorción) y 1 (absorción total),este último parámetro es el que determina si un material es adecuado como absorbente acústico.
¿Cuál es el tiempo de reverberación óptimo según el uso del local?
Cuando hablamos de confort acústico, uno de los factores clave es el tiempo de reverberación (Tr). Este parámetro mide el tiempo que tarda el sonido en desaparecer en un espacio cerrado una vez cesa la fuente emisora. Un Tr elevado genera ecos y dificulta la inteligibilidad del habla; uno demasiado bajo puede hacer que el espacio suene “muerto”.
En Aislamientos Timplac, ajustamos el acondicionamiento acústico a las normativas estatales y autonómicas (Andalucía), y te explicamos aquí los valores óptimos recomendados de Tr según el uso del espacio.
Oficinas
Espacios como despachos, salas de reuniones, zonas de trabajo compartidas:
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TR óptimo recomendado: 0,6 a 0,8 segundos
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Normativa: CTE DB-HR / UNE-EN ISO 3382-2
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Objetivo: Mejorar la concentración y la inteligibilidad del habla sin ruido molesto de fondo.
Restaurantes, cafeterías y bares
Locales de restauración con alto índice de ocupación y conversación:
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TR óptimo recomendado: 0,8 a 1,0 segundos
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Normativa: CTE DB-HR + recomendaciones del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC)
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Objetivo: Reducir el ruido de fondo, evitar el efecto “cocktail party” y mantener un ambiente agradable.
Instalaciones deportivas (interiores)
Pabellones, gimnasios, piscinas cubiertas, salas de actividades:
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TR óptimo recomendado: 1,5 a 2,5 segundos (dependiendo del volumen del recinto)
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Normativa: CTE DB-HR + recomendaciones UNE-EN 12354-6
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Objetivo: Evitar la acumulación de ruido generado por impactos, megafonía y actividad física.
Salas de conferencias, aulas y auditorios
Espacios donde la inteligibilidad del habla es prioritaria:
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TR óptimo recomendado:
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Aulas: 0,7 a 0,9 segundos
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Salas de conferencias: 0,6 a 0,8 segundos
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Auditorios de música o teatro: 1,2 a 1,8 segundos (en función del tipo de actividad)
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Normativa: CTE DB-HR + UNE 74201 (Parámetros para recintos escolares)
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Objetivo: Asegurar claridad del mensaje oral o musical.
5 aspectos clave para lograr un buen confort acústico
Un espacio acústicamente confortable reduce el estrés, mejora la comunicación y aumenta la productividad. Ya sea una oficina, un restaurante, un colegio o una vivienda, existen ciertos factores fundamentales que deben tenerse en cuenta para alcanzar un entorno sonoro saludable.
Estos son los 5 aspectos clave que marcan la diferencia:
1. Tiempo de reverberación (Tr) adecuado
Controlar el tiempo que tarda el sonido en apagarse dentro del espacio es esencial. Un TR demasiado alto provoca ecos molestos; uno muy bajo puede hacer que el ambiente suene apagado. Cada tipo de uso (oficina, aula, sala de música…) tiene su TR óptimo.
2. Uso de materiales fonoabsorbentes
Incorporar materiales que absorban el sonido en techos, paredes o mobiliario ayuda a reducir la reverberación y el ruido de fondo. Espumas, paneles acústicos, techos perforados o revestimientos textiles son algunas soluciones eficaces.
3. Separación acústica entre espacios
No basta con que un espacio suene bien por dentro: también es clave que esté protegido del ruido procedente del exterior o de otras estancias. Para lograrlo, se deben aplicar soluciones de aislamiento acústico estructural, como muros dobles desacoplados, techos suspendidos con lámina antivibratoria, o sistemas de suelos flotantes. Una correcta ejecución constructiva es esencial para evitar puentes acústicos y filtraciones.
4. Distribución y diseño del mobiliario
El diseño interior también influye. Elementos como alfombras, cortinas, estanterías, biombos o vegetación ayudan a dispersar y absorber el sonido, creando ambientes más agradables, sobre todo en espacios amplios y diáfanos.
5. Reducción del ruido técnico o mecánico
Las instalaciones del edificio (climatización, ventilación, fontanería, sistemas eléctricos, etc.) pueden ser una fuente importante de ruido continuo o intermitente. Para evitarlo, se deben aplicar soluciones específicas como silenciadores acústicos, bancadas antivibratorias, conductos aislados y diseño de recorridos silenciosos. El control de este tipo de ruido mejora significativamente el confort, especialmente en oficinas, aulas, clínicas y viviendas. Si te interesa este último apartado, puedes ampliar información en nuestra sección de Acústica Industrial.